La historia de los relojes Hermès
A principios del siglo XX, justo cien años después de su creación en 1801, la firma Hermès se inspira en el mundo de la talabarter
Reducir
Relojes Hermès
A principios del siglo XX, justo cien años después de su creación en 1801, la firma Hermès se inspira en el mundo de la talabartería y de la marroquinería para comenzar a investigar y fusionar ambos universos con el de la relojería de lujo. Para ello se asoció con prestigiosas manufacturas relojeras suizas que desarrollaron los mecanismos (o calibres) de los relojes Hermès. Se trataba de relojes de pulsera modernos y especialmente concebidos para montar a caballo y conducir. Estos modelos se valieron del buen hacer de la casa Hermès que puso en valor toda su experiencia y virtuosismo.
En 1928, nace el primer reloj Hermès, el modelo Ermeto. El mecanismo lo fabrica Movado. Más adelante, Hermès colabora con muchas otras manufacturas célebres, como Jaeger-Lecoultre o Vacheron-Constantin. Los enganches de las cajas, las correas, las hebillas, estaban diseñados con la estética y el estilo de Hermès. En 1975, Hermès crea un reloj basándose en el diseño del famoso bolso Kelly que llevó a la cumbre del éxito a la firma Hermès gracias a Grace Kelly, la hollywoodiense Princesa de Mónaco. La caja del reloj Kelly, con la forma de un pequeño candado, se fija en la pulsera con una correa cuya estética es similar a la de la correa de cierre del famoso bolso.
En 1978, se crea la empresa “La Montre Hermès SA”, una manufactura relojera que concebirá y fabricará desde ese momento las colecciones de relojes de Hermès. En ella nacieron los modelos más famosos, inspirados en el universo creado por la marca pero con unos diseños más contemporáneos: el reloj Arceau, en forma de estribo, el reloj Clipper, cuyo bisel en forma de ojo de buey se inspira en la náutica, al igual que el Cape Cod, el reloj Heure H o el reloj Hermès Dressage…
Collector Square le presenta una amplia gama de relojes Hermès de segunda mano. Relojes coloridos y asequibles para regalar o darse un capricho.